Antecedentes Históricos
Los conocimientos actuales indican que el gallo fue domesticado en el sureste asiático, posiblemente en Tailandia desde hace 8,000 años. De esta región paso a China y de ahí se repartió al resto del mundo por 4 vías:
1.- La ruta de la seda.
2.- Las estepas Rusas y Europa central.
3.-De Europa a América al cruzar el Atlántico.
4.- De Asia a América al atravesar el Pacífico.
Fueron los griegos los primeros en seleccionar gallinas para la obtención de carne y huevos además del combate. Tanto en el Pacífico Insular, como en la India y Sri-Lanka estaba prohibido comer carne de gallina o gallo, se usaban exclusivamente para motivos religiosos, o bien para pelearlos. El gran Julio César narra que en Inglaterra los nativos (Bretones) peleaban gallos, pero no se los comían.
Los orígenes de las peleas de gallos se pierden en el tiempo debido a que son anteriores a los registros históricos, hay eruditos en avicultura que argumentan que las peleas de gallos fueron la razón de domesticar estos animales; que el consumo de huevo y carne de pollos fue una consecuencia de lo anterior; lo que sí es verdad absoluta, es el hecho de que las peleas de gallos son la actividad cultural deportiva como espectáculo más antigua de la humanidad.
En la Grecia clásica, las peleas de gallos eran el deporte nacional. El gran general ateniense Temístocles arengó a sus tropas antes de combatir a los persas, poniendo como ejemplo una pelea de gallos, Temístocles dijo " estas aves no pelean por sus dioses patrones del hogar, ni por los monumentos de sus ancestros, ni por gloria, ni libertad, tampoco por la libertad de sus hijos, sino simplemente por no ceder el uno ante el otro”.
Se cuenta que el emperador romano Severo, cuando decidió invadir la Gran Bretaña, le ordenó a sus hijos presenciar a diario peleas de gallos, con el propósito de complementar un programa de entrenamiento físico y mental para la lucha.
En la era cristiana también hay ejemplos de actividades gallísticas marcadas en los sarcófagos, tumbas en las cuales se representan gallos combatiendo y unas flores entre ellos.
En la nueva España, en 1579 el Virrey Don Martín Enríquez de Almanza decretó que los naturales estaban obligados a criar en sus casas 12 gallinas de castilla y 6 guajolotes. Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla y Horcasitas, segundo conde de Revillagigedo, calculó que la renta que producían en aquellas épocas las peleas de gallos era de 50 mil pesos.